Después de las vacaciones, cada vez tengo más claro que solamente siete días no son suficientes para disfrutar de la vida.
Como dice Quilmes, cinco días trabajando; el sábado, fútbol y salir y los domingos, la familia, no son suficientes. Y tampoco vale con tener cuatro y tres en vez de cinco y dos, la semana habitual no da más de sí.
La solución: crear un nuevo día, el osvaldo. ¿No es una idea genial?
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