Bañuelos, con proyección de powerpoint incluida, rindió formalmente cuentas ante sus accionistas minoritarios. Y lo hizo entonando el mea culpa, pidiendo perdón por no haber sabido gestionar un proyecto joven, que no supo desenvolverse contra la coyuntura de los mercados.
“Asumo el batacazo bursátil, yo también he perdido dinero”, aseguró el empresario valenciano.
“Siento la situación”, confesó. “Teníamos un proyecto, que sigue vigente, pero tuvimos poco tiempo para demostrar al mercado lo que éramos capaces de hacer”. De hecho, Bañuelos se atrevió a decir que los tres puntos básicos del plan de negocio presentado con motivo de la salida a bolsa se habían llevado a cabo: expansión geográfica, consolidación accionarial e incremento de los resultados operativos.
Así las cosas, según el análisis expuesto por Bañuelos, que continúa siendo el primer accionista de Astroc, no existe crisis en la compañía, sino en la cotización de la acción. De hecho, como recordó el de Sagunto, también otras muchas inmobiliarias han corregido sus precios en bolsa, aunque su mayor experiencia y antigüedad les ha servido para salvar el temporal bajista que azota al ladrillo.
Querella en la Audiencia Nacional
El fundador de Astroc concluyó su intervención de ayer sin muchos aprietos. En realidad, sólo dos accionistas minoritarios hicieron uso de la palabra para quejarse del batacazo bursátil. De hecho, uno de ellos informó de la existencia de una querella –22 de junio- en la Audiencia Nacional contra Bañuelos por un presunto delito de maquinación para alterar el precio de las cosas.
Tal vez, algunos de los
socios vip de Astroc (Nozaleda, Rayet, Godia, Caixa Galicia, Ortega...) piensen lo mismo. Sin embargo, ayer cerraron filas en torno al presidente de la inmobiliaria. Unidos por el denominador común de las minusvalías millonarias, el núcleo duro se da por satisfecho con
haber sacado a Bañuelos de la compañía. Ahora sólo les queda el titánico trabajo de recuperar el dinero invertido.
